lunes, 16 de febrero de 2009

"QUIERO SER PRESIDENTE DE RIVER"


Esta frase, dicha por un hombre que consiguió en su vida todo lo que se propuso, hace pensar que River Plate, en el 2009, puede volver a escribir un nuevo y gran capítulo de su historia. Porque Carlos Avila, el hombre que inventó el negocio del fútbol, del espectáculo deportivo, de la televisación cuando aún no había satélite, quiere ser presidente de River.
Porque Avila empezó de abajo, de muy abajo, y logró ser uno de los empresarios argentinos más creativos, innovadores y reconocidos.

Carlos Avila es hincha de River desde que tiene memoria. Su primer recuerdo vinculado al fútbol es la imagen de un gol del gran Angel Labruna, uno de sus máximos ídolos, junto a Amadeo Carrizo, Ermindo Onega, el Beto Alonso y Enzo Francescoli. Es socio del club desde hace 20 años, y sus hijos heredaron esa pasión por los colores y hoy lo apoyan en este proyecto de llevar a River Plate a lo más alto a nivel mundial.

“Quiero transformar al fútbol argentino desde River”

Nadie creería que esto es posible si lo dijese cualquier otro que no fuese el hombre que transformó un programa de televisión, que emitía los resúmenes de algunos partidos de la fecha, en un negocio multimillonario que sostuvo a los clubes de fútbol y a la AFA durante dos décadas.

Pero el fútbol cambió, y ahora hay que reinventar la historia para restaurar las deterioradas economías de los clubes.

Carlos Avila se preparó toda su vida para este momento. El conocimiento y la experiencia de haber fundado y dirigido Torneos y Competencias durante 20 años; luego, conducido dos canales de Televisión (Canal 9 y America TV) y un canal especializado, Golf Channel; y otros tantos proyectos lo transforman en el candidato ideal para asumir el desafío que, en este momento, significa conducir los destinos del club más importante de la Argentina. Colaboró en la reconstrucción de la Confederación Sudamericana de Fútbol, promovió el torneo de fútbol de verano, logró valorizar los ingresos de los clubes de menor convocatoria. Por todo eso, Avila es creíble y confiable. Lo que promete lo hace. Y más.

“Quiero ver a River en Japón cada dos años”

Una frase que parece una promesa sin sustento, pero que logra convencer hasta al más escéptico al escuchar la convicción con la que Avila explica que, si River se recupera económicamente con su gestión, va a poder sostener y mantener a los jóvenes valores,
va a volver a tener divisiones inferiores que sean el semillero del fútbol argentino,
va a lograr que los grandes jugadores que nacieron en River y hoy brillan en Europa terminen sus carreras donde la empezaron, va a transformar el estadio en uno que esté en el nivel de los mejores del mundo y va a dar a los socios lo que merecen de su club.

Carlos Avila sabe lo que es empezar desde abajo. Sabe lo que es cambiar el destino. Conoce hasta el detalle el negocio del fútbol. Carlos Avila quiere dar vuelta esta página de la historia de River Plate.

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